El cambio climático forzado por el incremento exponencial de CO2 en la atmósfera y el aumento de temperatura en el sistema Atmósfera-Tierra-Océano (Roemmich et al., 2015), es un proceso científicamente documentado que está alterando los patrones naturales de variabilidad de los ecosistemas (Ayón P. et al., 2011; Laffoley & Baxter, 2016) e incrementando la incerteza sobre la sostenibilidad y disponibilidad de recursos pesqueros y la viabilidad de los ambientes acuáticos para el desarrollo de la acuicultura. Evidencias científicas han mostrado que el aumento de temperatura en la atmósfera y el océano (Laffoley & Baxter, 2016) está generando el incremento en la intensidad y frecuencia de los eventos El Niño y La Niña (Cai et al., 2014) modificando los ecosistemas marinos y los hábitats de los organismos que lo componen, generando adaptación, reemplazo, mortandad y desplazamiento de las poblaciones (Barange et al., 2018; Cochrane et al., 2012; IPCC, 2018, 2021, 2022; Yáñez et al., 2017).